Este FanFic fue escrito por Eriica Sar.
Aylie cerró la puerta con fuerza, con la única mana que le quedaba, selló la puerta con magia para que nada pudiera entrar. Tenía miedo, estaba herida, sus poderes y sus pensamientos la estaban traicionando, perdió el control, se nublaba su vista y escuchaba todo como si estuviera bajo el agua. Algo golpeaba la puerta mientras emitía un chillido aterrador. Había llegado su fin…
[Unos días antes]
-Esta misión es peligrosa Aylie, he intentado buscar un compañero para ti, pero yo soy muy viejo y ningún mago en la academia tiene suficiente valentía. Cómo han cambiado los tiempos.
Le dijo Zoltan a Aylie después de explicarle su nueva misión.
-Ese nómada Dedoras siempre exagera las cosas, le ha pedido ayuda a la Academia Mágica en muchas misiones y cada una es más fácil que la anterior.
Contestó Aylie despreocupada mientras alistaba su mochila para la misión. Llevaba consigo un lienzo en blanco y tinta para trazar el mapa del lugar, un par de herramientas que necesitaría para entrar a aquel sitio y artículos mágicos.
Mientras ella seguía alistándose, su maestro Zoltan le alertaba que esta misión no era como las otras. Después de una larga plática con Dedoras, él le había comentado que su investigación en las misiones anteriores dirigía a este lugar. La única información que tenían es que era una biblioteca antigua, oculta por magia oscura y corrompida por la maldad en ella.
La mañana siguiente, Aylie tomó el primer barco hacia Carlin. La Guardia Real estaba en el muelle esperándola, no era una sorpresa, pues Aylie era reconocida por ser un hada que dominaba las artes mágicas; estando en el palacio platicando con la Reina sobre su misión, Aylie tuvo un mal presentimiento. Su naturaleza de hada le permitía ver la esencia de la magia oscura, pero ella había estado en ese palacio muchas veces antes y jamás había visto algo parecido, por lo que simplemente ignoró ese sentimiento y junto con la Guardia Real, partieron rumbo a la Isla de los Reyes.
-Hasta aquí llegamos nosotras, Aylie. La fuerza de las amazonas está disponible para ti, pero no podemos entrar contigo, mas allá de este barco no es nuestro territorio.
Le dijo Bunny Bonecrusher mientras la despedía en el muelle de la Isla de los Reyes.
Después de que se fue la Guardia Real, Aylie se quedó un momento pensativa, el mal presentimiento había regresado, esta vez acompañado de ansiedad, pero una vez más fue ignorado.
La isla estaba en completo silencio. El sentimiento era extraño. Aunque Aylie podía ver al monje que resguardaba la biblioteca de la isla, el parecía ni siquiera notar su presencia. No cruzaron palabras, ni siquiera cruzaron miradas, ella estaba cegada por cumplir con su misión y sin pensar dos veces, ignorando por completo sus instintos, uso la guadaña tal como le explicó Dedoras, y entró por primera vez a biblioteca secreta.
El lugar era completamente nuevo para ella, nunca había visto algo así. Justo al entrar, escuchó una maldición en el mismo lenguaje que hablan los Demon, ya no sólo era un mal presentimiento, la esencia de magia oscura que estaba sintiendo desde que llegó a Carlin, ahora era completamente visible ante sus ojos. El miedo se apoderó de ella, empezó a tener visiones horribles, escuchar gritos a lo lejos, escuchaba la voz de su hermana diciéndole que ella había ganado, se resbaló con la alfombra vieja y cayó. Por el impacto de su caída se dio cuenta de que todo estaba en su cabeza, la magia oscura estaba intentando corromperla y ella intentaba luchar contra esas emociones en su cabeza.
Ya no había vuelta a atrás, aunque su misión se trataba de una simple exploración del lugar, ya no había como regresar. Aylie empezó a correr por el único camino que veía, pero hasta estatuas le hacían daño. Al dar vuelta, escuchó a lo lejos unos horribles chillidos y susurros extraños, como si dijeran números al azar. No estaba sola. Sentía miedo de seguir, pero no podía permitirse morir ahí sin intentar algo.
En el intento de buscar una salida, Aylie empezó a correr por los pasillos de la biblioteca. Las criaturas parecían libros vivientes, pero no eran como los que ella conocía. Había estudiado acerca de los Librarian en la academia, seres mágicos que habían desaparecido del mundo hace décadas, pero esto no se parecía nada a la literatura. A cada paso que daba, se le helaba la piel y a donde dirigía su mirada, veía criaturas oscuras acercándose, intentó pelear, pero su magia había perdido fuerza por la esencia oscura intentando corromperla, así que sólo corrió mientras era atacada, corrió mientras todo lo que la rodeaba intentaba asesinarla. Corrió al único lugar donde no veía esencia oscura, no sabía que le esperaba ahí dentro, pero era su última esperanza así que se encerró ahí. Con la única mana que le quedaba, selló la puerta con magia para que nada pudiera entrar. Tenía miedo, estaba herida, sus poderes y sus pensamientos la estaban traicionando, miró hacia la puerta, cerró sus ojos y comenzó a escuchar como alguien susurraba su nombre.
Ese susurro no era como los demás, no había malicia en esa voz. Aylie creyó que se trataba de la entrada al paraíso y que estaba reencontrándose con sus padres, así que se entregó a la calma que le transmitía esa voz pero de pronto, un golpe fuerte a la puerta la sacó de ese trance. Seguía atrapada en la biblioteca, pero ahora tenía claridad en sus pensamientos, sintió un aura cálida cerca de ella.
-¿Cómo llegaste a este sitio tan oscuro, pequeña?
Dijo una voz calmada que sonaba casi mística. Aylie no entendía lo que pasaba, pero por alguna razón, no sentía miedo. Observó boquiabierta al ser maravilloso que le hablaba y mientras la veía a los ojos, una llama cálida se apoderó de ella, recobró la esperanza cuando reconoció los ojos de una vieja amiga.
-JUNA!!! ¿Estoy alucinando?
Dijo Aylie sin poder creer lo que veía.
El ser que estaba frente a ella soltó una pequeña risa y dijo:
-Mi nombre es Luna. Me transformé cuando logré entender el significado de mi fuerza y mi valentía, me liberé de las ataduras de lo que se supone que debía ser y me volví quien soy en verdad. Pero te recuerdo muy bien, Aylie. Siempre percibí tu buena voluntad y tus deseos de lograr tus objetivos, pero ahora me parece que has olvidado quien eres en verdad.
– Soy Aylie, estudiante de magia de la Academia Mágica de Edron, aprendiz de Zoltan. Soy una de las mejores magas que ha visitado la academia.
-Controlas bien la magia, pero tú eres un hada. Puedo ver el dolor que cargas por no tener alas, pero no debes negar tu naturaleza, ni ocultar tus cicatrices bajo esa capa. Debes luchar por tus sueños y esforzarte por conseguir tus objetivos. He llegado hasta aquí, de la misma forma que llegué al laberinto de los sueños, Vanys me envió.
Vanys era un nombre que Aylie no escuchaba hace años, se trataba de uno de los sabios de la Corte.
-¿Qué tiene que ver él en esto?
Dijo Aylie con recelo.
-En el laberinto de los sueños, podemos verlo todo. Vanys te ha vigilado y te ha visto ignorar el camino de las hadas, pero yo no creo que sea así. Yo me puedo ver en ti, Aylie. Entiendo lo que se siente creer que no perteneces, pero a veces sólo necesitamos que un amigo crea en nosotros. Combinemos tus poderes de hada con mis poderes místicos para liberar a la biblioteca de la magia oscura.
Por primera vez en mucho tiempo, Luna llevaba a alguien en su lomo. Como si viera a una hermana pequeña, Luna sentía que debía proteger a Aylie. Recordaba el sentimiento de estar encerrada en un establo, recordaba la sensación de libertad cuando por fin escapó y recordaba la inmensa satisfacción que sintió cuando se transformó en unicornio. Quería que Aylie pudiera sentirse plena en su forma de hada.
Gracias a la magia de Luna, la esencia oscura ya no podía intentar corromperlas. Mientras se abrían paso por la librería, Aylie notó que todas las criaturas que se acercaban a Luna dejaban de estar corrompidas, así que juntas buscaron la fuente de la maldad en la librería. Recorrieron los helados pasillos de la librería de hielo, recibieron muchas descargas mientras pasaban por la biblioteca de energía y finalmente, en un lugar que estaba a punto de estar en llamas, encontraron el portal del que emanaba toda esa esencia oscura. El primer instinto de Aylie fue usar su magia de hielo para destruirlo, pero recordó las palabras de Luna “Parece que has olvidado quien eres en verdad”. Así que usando sus poderes de hada, se apoderó del portal y lo conectó con el único lugar que le recordaba quien era en verdad, Feyrist.
Luna y Aylie liberaron la biblioteca gracias a la mágica amistad que siempre estuvo ahí.