Una mágica amistad

Este FanFic fue escrito por Grelina

Las lecciones de Zoltan
Una joven aprendiz de hechicera cursaba por su último año en la academia de magia en la poderosa ciudad de Edron.
Aylie tenia una hermosa armadura de color rosa con una espada envainada en su cinturón, tenia su brillante cabellera dorada atada con una cola de caballo y una placa de hombro en su brazo izquierdo con un gran pico afilado, se encontraba sentada en la oficina del gran Zoltan, líder de la congregación mágica y de la academia, durante los años en la academia de magia, Aylie tuvo a ese poderoso hechicero como tutor, que la guio en todo el proceso para convertirse en una poderosa hechicera.
-¿cuánto más tiempo tardaría buscando un libro?- se preguntaba Aylie mientras Zoltan abría la puerta detrás de ella, Zoltan llevaba puesta con una túnica Roja vino con tonos oscuros en el pecho y mangas negras, su gran y tupida barba oscuras así como su larga cabellera ondulada le cubría el rostro casi por completo, tenia ojos oscuros y fríos pero una mirada tranquilizadora y reconfortante.
-Has dominado los misteriosos poderes de la naturaleza y has aprendido a controlar los fríos vientos invernales joven Aylie, pero aún te falta una última lección.- le comentaba Zoltan a Aylie mientras abría un gran libro empolvado.

Existen 3 diferentes tipos de pociones místicas casi imposibles de replicar, estas se encuentran descritas en este libro- señaló Zoltan el libro que poseía entre sus manos- hace muchos años que nadie logra tener éxito al intentar recrearlas, el último en hacerlo fue un joven aprendiz que paso por estos mismos salones hace muchos años, era el estudiante más habilidoso, astuto y capaz que habíamos visto pero la avaricia pudo más que él – prosiguió Zoltan mientras pasaba las paginas del libro hasta llegar a una parte donde se parecían haberle arrancado las hojas
-Ferumbras- murmuró Aylie mientras se estremecía recordando las terribles barbaridades que había escuchado de el.
-aquí está lo que estaba buscando, Aylie- señaló Zoltan una parte del libro mientras lo volteaba para que Aylie pudiese leerlo.
-las espigas elementales- leyó Aylie en voz alta.
-Estas espigas serán el inicio de tu última misión, si así lo deseas, puede tomarte décadas conseguirlas pero cada una guarda magia oculta capaz de dominar la mente, fusionar la materia y por último crear vida, muchos han intentado conseguirlas y todos han fracasado sin embargo estoy seguro que tu lograrás obtenerlas y cuando lo hagas podrás convertirte en una increíble elementalista y cuando sea el momento indicado y así se requiera podrás desatar una poderosa energía capaz de recrear la magia de estas pociones, ahora la pregunta real, ¿te sientes capaz? – finalizó Zoltan mientras miraba fijamente a Aylie.

Capitulo 1
El reencuentro
Era una noche fría, el olor a pasto húmedo impregnado en las botas, cerveza y leña quemándose inundaban la taberna, una con pocas personas, pero el bullicio y el sonido de los tarros chocando con las mesas de madera resonaba en los gruesos muros de piedra.
Temas de minería, oro, tesoros y mucho alcohol predominaban entre la multitud, todos celebrando excepto una mujer sentada en una de las esquinas, tenía un aspecto que sobresalía de los demás ahí presentes, una extensa capa color ciruela con tonos rosa pastel, una capucha que le cubría casi en su totalidad la cabeza, de la cual brotaba una larga trenza plateada con destellos malva y dorado, sus manos eran cubiertas por unos largos guantes rosas y junto a ella se encontraba recargado en la mesa un gran báculo el cual en la punta superior poseía un cristal precioso que destellaba y se encontraba rodeado con tres grandes espigas de colores magenta y cian.
Aquellos que celebraban en la taberna parecían tenerle mucho respeto a aquella mujer.
De repente la puerta de la taberna se abrió y una figura entro sigilosamente, era de aspecto misterioso y místico, delgada y alta, ojos turquesa y larga cabellera plateada, vestía un elegante vestido de color purpura con tonos rosas y negros, en la espalda cargaba un arco con detalles de oro y plata, y una espada envainada que definitivamente había visto acción en múltiples ocasiones, la multitud se calló casi de inmediato.
-aquí no recibimos a tu clase, elfa. – mencionó uno de los sujetos cercanos a la barra, todos parecían haberse quedado pasmados con aquella insolencia.
-Viene conmigo, no tardaremos mucho. – dijo la mujer de colores rosas, mientras le agitaba la mano a la elfa para que la notara.

gran maestre Vanys, le agradezco haya aceptado reunirse hasta aquí- Le dijo la mujer a la elfa cuando se acercó a la mesa.
Kazordoon, la ciudad escondida entre las montañas no era un lugar habitual para los elfos, desde muchas generaciones atrás los enanos tuvieron una serie de conflictos que acabó con un odio compartido por ambas partes.
-Ashari mellon- le respondió la elfa asistiendo con la cabeza, su voz sonó casi como un soplido del viento entre los árboles del bosque.
-mejor usemos la lengua común mi querida amiga, bastante gentiles han sido nuestros queridos anfitriones al dejarnos sentar aquí- le respondió la mujer, después de haber escuchado el lenguaje élfico en tierras de enanos.
-te he citado aquí para pedir tu ayuda, me imagino que llegaron las noticias hasta la corte de verano, el mal sigue rondando estas tierras, las sombras crecen cada vez más en mi tierra natal y si no lo detenemos será el fin de todo tibia- le dijo a la elfa con una voz bastante alterada pero silenciosa.
-pero mi querida Aylie, pensé me citabas para celebrar tu triunfo contra de las espantosas criaturas en Roshamuul, se dice mucho de tus actos y como has liberado a las hadas y a nuestros hermanos elfos de esas tierras, muchos años han pasado desde aquellos entrenamientos en la Academia y eres la poseedora de las espigas, dudo exista alguna criatura a la que tu no puedas derrotar- le dijo Vanys incrédula de las palabras.
Aylie se le acercó al oído y le susurró en lenguaje élfico- Gaz’Haragoth la encarnación es real-
Vanys con cara de terror absoluto se levantó inmediatamente de la silla y se llevo la mano al bolsillo de la capa purpura, de el sacó un pequeño objeto de cristal con tonos dorados y celestes y lo asentó en la mesa con las manos temblorosas.
Algunos de los curiosos en la taberna comenzaron a ver aquel tesoro brillando con tonos negros y rojos en la gastada tabla de la mesa.
Aylie, cubrió el objeto con sus guantes y todos los presentes regresaron a sus platicas y celebraciones.
-¿que significa esto?, jamás un talismán de sueños había brillado con esos tonos.- Le preguntó consternada a la gran maestre elfo.
-me temo mi querida amiga, que ya es más tarde de lo que tu te imaginas- le dijo con voz entrecortada.
-ese talismán no es cualquier talismán de sueños, ese talismán le pertenecía a la reina bruja Reah, es una reliquia que conservábamos oculta en nuestro poder desde hace muchas generaciones y venia con la intensión de que nos ayudes a descifrar el significado del brillo que cada vez es mas fuerte, pero creo no será necesario- le dijo Vanys con una voz apagada y pensativa.
-mi querida Vanys, no hay ser más sabio y noble que tú, eres capaz de todo incluso de darle esperanza a un hada sin alas, yo se que con tu ayuda podremos derrotar a cualquier mal que se nos presente, incluso a ese supuesto príncipe.- le dijo Aylie a la elfa sujetándole las manos y guardándole el talismán en su bolsillo.
-disculpa mi exasperación, había olvidado lo positiva que eres, después de todo una druida mayor como tú a que le puede temer, ¿cierto? – le dijo Vanys y una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.
– mucho ha cambiado desde la ultima vez que nos vimos querida, creo que necesitaremos la ayuda de una amiga que no veo desde hace ya un tiempo.- le dijo Vanys parándose de su silla y extendiéndole la mano a Aylie para que se levante con ella. -creo que haremos un pequeño viaje antes de irnos y necesito que me acompañes-
Salieron a prisa de la taberna dejando unas monedas de cristal en la mesa, caminaron por un tiempo con ruta al sur oeste de la ciudad.
-¿a dónde iremos? Le pregunto Aylie a Vanys con un poco de desesperación mientras tomaban un oxidado vagón en un gran pasillo de piedra alumbrado con unas antorchas junto a un letrero en la pared que decía “salida”
– disculpa mi querida amiga por no comentártelo antes, estamos yendo por Luna, justo debe estar cerca ella nos servirá de mucha ayuda en nuestra búsqueda- le respondió Vanys mientras abordaban el vagón

Capitulo 2
Luz de luna
Un inmenso ruido se escuchaba cerca del desierto de Jakundaf en los límites entre el reino de Thais y la envenenada ciudad pantanosa de Venore, sonaba como un caballo salvaje galopando velozmente el basto y frio desierto sin algún un rumbo aparente, el desierto se veía inmensamente grande, quizás por la oscuridad envolvente de la noche o la carencia de luz lunar debido al cielo cubierto de nubes.
De repente una luz de luna se liberó de la densa nubosidad y alumbro el desierto con tonos plateados, de repente apareció una hermosa nube azul y rosa que envolvía velozmente al anciano y cansado caballo gris, ahi estaba Luna, una pequeña unicornio de color amatista con cascos rosas y mejillas rojas se les acercó al alterado caballo, de su crin multicolor se asomaba un pequeño cuerno rosa proveniente de su frente.
-tranquilo amigo, te llevaré a casa- le dijo luna con una voz tan dulce que el caballo inmediatamente se detuvo.
Mientras tanto en un amplio y limpio establo con varios caballos de colores cafés y grises descansando iluminados por una tenue luz proveniente de adentro de la casa, la cual escapaba a través de las ventanas abiertas cuyas cortinas apenas cubrían su interior y se movían con el paso del aire frío proveniente del norte de la ciudad de Thais se encontraba Palomino, un señor delgado con un sombrero color ocre bastante desgastado que poseía una pluma de color marrón en la copa la cual sobresalía de su cabeza, una camisa abotonada color café y unos jeans azul celeste que tenían un aspecto de no lavarse en mucho tiempo. (editado)
El señor se veía algo angustiado y preocupado por la desaparición de otro de sus caballos, no recordaba ya cuantos se le habían salido del establo, cada vez le costaba más trabajo recordar algunas acciones y el clima se sentía más frio, por lo que le preocupaba la integridad de sus animales.
Se levanto velozmente de la silla donde se encontraba al escuchar el galopeo de unos cascos conocidos, mágicamente su anciano caballo gris regresaba a casa, las lagrimas le brotaron inmediatamente de los ojos.

mi amado Bucéfalo, pensé jamás volvería a verte, ya estas muy grande para salir así, vamos te daré algo de comer- dijo Palomino al caballo al llegar a la valla mientras lo escoltaba dentro de establo y lo cerraba.
-ay mi palomino, tan divino!, nunca habrá otro después de ti- se decía Luna mientras lo veía a lo lejos, con sus ojos alegres escondida entre las nubes.
Luna se prometió nunca más volver al establo de Palomino, siendo un unicornio independiente, pero de vez en cuando regresaba secretamente para cuidar de sus caballos y protegerlo.
-psst! psst!,- escuchó Luna y volteo a su alrededor sorprendida.
– AAHHH, ¿quien anda ahí? ¡revélate! – grito Luna y su cuerno arrojo una cegadora luz blanca a su alrededor, iluminando todo lo que se encontraba cerca, ahí vio una pequeña criatura aleteando junto a ella, era un hada bailarina, con alas azules y ojos escarlata, tenia una pequeña falda de hojas cafés y su piel esmeralda brillo con la luz del cuerno de Luna.

apague eso por favor, ¡no deben vernos!, me llamo Myzzi – le dijo la pequeña hada.
– Hola Myzzi, no creas que me asustaste- le mintió Luna, mientras la luz de su cuerno se desvanecía y quedaba del color rosa habitual.
– ¿Qué haces aquí? – le preguntó Luna
-lo mismo pensaba preguntarte, llevo apenas unos años vigilando a este héroe y ya te he visto en múltiples ocasiones, ¿Qué quieres con Sir Palomino?- le preguntó el hada con curiosidad.
-¿Sir Palomino?, ¿héroe?, ¿de qué hablas?, me llamo Luna y pues hace un tiempo vivía aquí en compañía de Palomino, era su pony.- comento Luna un poco apenada. – Pero ya no soy de nadie, soy un unicornio Libre, ¿ves mi cuerno?- agitó Luna su pequeña cabeza enseñando el hermoso y brillante cuerno rosa.

– bueno Luna aprende esto, ¡Un caballo con un cuerno brillante no es un unicornio! Un unicornio se demuestra por sus acciones- le respondió Myzzi a la impactada Luna. -Hace muchos años, Palomino lidereo la caballería del rey Tibianus en contra de los ejércitos de Carlin y posteriormente fue mandado al frente de batalla en las profundidades de Roshamuul para derrocar a la maldad que ahí habitaba, por desgracia la mayoría de sus compañeros caballeros que participaron en la batallas fallecieron, algunos se encuentran sepultados en el ala norte de la ciudad. – le comentó la hada a Luna mientras volaba alrededor de su cabeza.
-Palomino fue un excelente y feroz guerrero que perdió prácticamente todo en esa guerra, la magia oscura de las bestias que enfrentó le desvaneció parte de su memoria y su capacidad de retención, ya no recuerda quien fue, ahora se dedica a rentar caballos para sobrevivir ya que no recibió apoyo por la monarquía de Thais debido a que fue considerada la peor derrota en la historia del reino- le decía Myzzi mientras movía la cabeza en negación.

– eso es horrible, no sabía nada al respecto- respondió Luna sorprendida, mientras bajaba su cabeza.
– sin embargo- prosiguió Myzzi -el reino de Feyrist le debe mucho a este valiente guerrero, la entidad de la antigua reina Idalia se mantiene en comunicación con nosotros, pero, esto cada vez en menor frecuencia, su poder se ha disminuido, hay un príncipe oscuro con terribles poderes que alimenta a los seres de Roshamuul y eso prácticamente será nuestro fin. – finalizó el hada con una mirada triste y preocupada.
-no dejaré que esto ocurra- le dijo Luna dime donde encontrarme con ese príncipe lo haré entrar en razón, si logre convencer al Nightmare Beast de otorgarme su estatuilla de unicornio ese príncipe será pan comido- Decretó Luna de manera determinada.
-me temo que no podrás Luna- respondió una voz muy familiar para ella era Vanys el cual llegaba en compañía de Aylie.
Luna y Myzzi voltearon rápidamente para ver a dos siluetas aparecer entre los arboles reflejados por la luz de la luna.
– esta mi querida Aylie es Luna, nuestra más valiente guerrera- presentó a las dos heroínas.

Capitulo 3
La estrategia
-¿quién anda ahí? Revélense. Se escuchó un grito proveniente del establo de Palomino quien al escuchar voces había decidido salir a espantar a los ladrones de caballos o al menos eso pensaba.
-Señor Palomino, lamento incomodarlo a estas horas de la noche, requerimos simplemente un lugar donde pasar la noche y rentar a un par de sus caballos si fuese tan amable- respondió audazmente Aylie mientras una de las espigas del báculo brillaba sutilmente.
De inmediato los ojos de Palomino brillaron del mismo color de la espiga y les hizo una señal de seguirlo a dentro de la cabaña. – por aquí por favor- señaló mientras habría una puerta y caminaba lentamente haciendo espacio para que pasaran, parecía bajo el efecto de algún sedante.
-¿Qué le haces? Déjalo en paz. – le comentó Luna enojada mientras le lanzaba una mirada retadora a Aylie
-Calma mi pequeña pony con cuerno, esta bajo un hechizo simple que nos ahorrara algunos problemas por la noche, sin embargo no es dañino para el y mañana no se acordará de habernos visto, simplemente actuará un poco adormilado pero te aseguro es el mismo de siempre. – le dijo Aylie a Luna tratando de calmarla.
– ¿mi pequeña pony? Respondió Luna mientras el rostro se le tornaba de un color morado mas intenso y el cuerno le chispeaba.
– calmen amigas mías, luna no es un Pony, al menos ya no más- le respondió Vanys a Aylie, -ella es la que logró convencer al Nightmare Beast de otorgarle la estatuilla de unicornio. Sabes que pocos son capaces siquiera de acercársele. – le respondió orgullosa Vanys de su querida amiga unicornio.
– ah ya veo, eres un unicornio muy valiente Luna, convencer a una bestia así no es tarea fácil, se requiere de bastante talento y sobre todo paciencia – le respondía Aylie a Luna mientras ella feliz de esos elogios se ruborizaba ligeramente. – sin embargo, prosiguió Aylie, para ser un unicornio necesitas más que ese pequeño cuerno Luna, estoy segura de que lograrás dominar su magia y demostrar lo capaz que eres. – finalizó Aylie de manera cortante mientras entraba a la cabaña seguida de Myzzi revoloteando en su hombro.
– tranquila Luna, Aylie es un hada que ha pasado por mucho para llegar hasta donde está y se ha esforzado demasiado para dominar la magia que ahora posee, quizás suena severa pero es muy sabia y poderosa y nosotras somos la única esperanza que le queda para salvar a su gente y recuperar su ciudad, tiene miedo de no lograrlo- le dijo Vanys a Luna mientras se agachaba limpiándole la pequeña lagrima que le escurría por la mejilla.
Prosiguieron a entrar mientras cerraban la puerta de la cabaña y se adentraba la noche.
Pasadas las horas el hechizado Myzzi y Palomino dormían a un costado de la mesa donde se entraban Aylie, Vanys y Luna – Necesitaremos un gran ejército lleno de valientes guerreros- mencionó Vanys mientras acomodaba unas figuras talladas de madera en la mesa de la cabaña.
– eso ya lo han intentado y fallaron- mencionó Aylie mirando las figuras que Vanys acomodaba. -un ejercito mayor al del reino de Thais y de Carlin juntos será imposible de replicar, necesitaremos otra estrategia, una con mejores expectativas- comentó Aylie mientras se paraba caminando de un lado a otro con cara pensativa.
– podríamos usar magia- la interrumpió Luna mientras veía el báculo de Aylie con curiosidad.
– el príncipe es inmune a casi cualquier magia Luna, es poco probable que podamos acabar con el simplemente echándole hechizos, además acercarse a él es muy peligroso. – le dijo Aylie a Luna mientras seguía caminando.
-necesitamos distraer a Gaz’Haragoth de tal manera en que se concentre en un solo punto mientras se le ataca a lo lejos, el príncipe es algo descuidado e impulsivo, si logramos que alguien capaz de atraerlo a la trampa tendríamos algo de esperanza.- mencionó Aylie mientras tomaba su báculo.

– yo lo haré- respondió una voz del otro lado de la mesa, Palomino había despertado y se había sentado a escuchar lo que decían. -conozco el terreno, conozco los peligros y tengo aliados dispuestos a vengar la muerte de mis queridos hermanos, además ese príncipe me debe una revancha. – finalizó Palomino mientras se levantaba de su mesa y se tabaleaba.
-eso jamás- respondió Luna, – es muy peligroso, no quiero que algo le pase.
Ahhhh! ¡habla!, ¡ese pony habla! – gritó Palomino mientras sacudía incrédulo su cabeza.
-le agradezco su oferta Señor, se lo importante que es para usted, pero no quisiera arriesgarlo y regresarlo nuevamente a esos terribles lugares, además que actualmente no se encuentra en la mejor condición para pelear. – le dijo Vanys a Palomino mientras le tomaba las manos y lo ayudaba a sentarse.
– tiene razón Palomino, necesitamos su ayuda, no hay mejor caballero y con la experiencia que tiene del previo combate nos daría la ventaja que necesitamos- interrumpió Aylie mientras se acercaba a verlo, -aunque como bien dices Vanys, no está en condiciones de pelear, al menos no por ahora, necesitaría transferirle una gran cantidad de magia para restaurarle su energía y sus habilidades temporalmente. – comentaba Aylie mientras veía al entusiasmado Palomino.
Entonces agarro Aylie su báculo con fuerza, cerró los ojos y murmuro algo al cristal que se encontraba rodeado con las espigas y una gran luz color cian ilumino la cabaña de Palomino, el cual comenzó a brillar del mismo color emitiendo sonidos metálicos.

Aylie tambaleo hasta caer con una rodilla al suelo, la luz cedió y se reveló la figura de un joven Palomino con una pechera negra metálica, un casco con colores oscuros que le sobresalía una crin como la de sus caballos color plateada, en la cintura tenía un cinturón de cuero color café con una espada envainada y a un costado de su brazo izquierdo cargaba un gran escudo café con tonos plateados con la letra “P” grabada al frente.
-Aylie, ¿te encuentras bien? Preguntó Luna al acercarse a la poderosa hechicera la cual se encontraba de rodillas con los ojos cerrados.
-si Luna, solo deja me recupero, necesite pasarle una gran cantidad de magia a Palomino, estado de deterioro que tenia debido al enfrentamiento anterior era demasiado grande- le respondió Aylie a Luna mientras se ayudaba a pararse con el lomo del unicornio.
-Es increíble, jamás pensé volver a sentirme así, te lo agradezco. – le mencionó Palomino a Aylie mientras se acercaba a uno de sus caballos. -avisaré a todos los guerreros que puedan ayudarnos, les veré ahí. – y comenzó a cabalgar rápidamente rumbo a la ciudad de Thais, mientras el cielo comenzaba a cambiar de color con los destellos de una nueva mañana.
-no se acordó de mi- comentó Luna mientras veía a su antiguo dueño cabalgar a lo lejos.
– el no es el Palomino que conociste Luna, le respondió Aylie aun recuperándose de la impresionante magia que acababa de realizar. -tiene los recuerdos y la mente del joven Palomino ahora. Es momento de irnos- le respondió a Luna mientras le acariciaba su crin multicolor.

Capitulo 4
El Sacrificio
Habían pasado apenas un par de horas pero al llegar a Roshamuul en el cielo apenas se podían apreciar ligeros rayos de luz solar, todo estaba cubierto con una espesa neblina y el aire que se respiraba ahí se sentía tóxico, a lo lejos se veía una tierra seca y muerta, con colores rojizos en sus suelos, emanaba vapor del suelo así como horripilantes gritos provenientes de la tierra. Ahí se habían reunido Aylie ya vestida para el combate montada en una polilla de color marrón. A su lado se encontraban Luna, Vanys y Palomino junto con los valientes guerreros que habían aceptado combatir, todos esperando silenciosamente la señal para ejecutar el plan.
-Sabemos que el príncipe se encuentra en las profundidades del subsuelo de Roshamuul, llegar a él será muy difícil, nos tendremos que enfrentar a numerosas bestias que lo protegen sin perder a ningún soldado ya que serán todos de gran ayuda para enfrentar al príncipe.- señaló Aylie mientras les enseñaba un mapa de una prisión donde tendrían que descender.
-yo me encargaré de distraer a los que nos impidan el paso mientras ustedes avanzan con el ejercito hasta la guardia del príncipe, las veré cuando todo acabe. – dijo Vanys mientras le daba un abrazo a su amiga Ayile y miraba a Luna guiñándole un ojo, entonces se fue decidida dándole unas señales a unos elfos provenientes de la corte de verano para prepararse para el asalto y se unieron a ella ingresando a las puertas de la prisión como señuelo.
– yo seré quien lideré la caballería– señalo Palomino mientras todos los guerreros se preparaban para adentrarse a las profundidades una vez más.
– muy bien, yo volaré en los alrededores con mi polilla coordinando el ataque y curando a los heridos de ser necesario- señaló Aylie mientras se aproximaban a la puerta.
– ¿y yo como puedo apoyarles? Le pregunto Luna a Aylie quien faltaba por ingresar a las líneas.
– Luna, es una misión muy peligrosa, probablemente muchos nos salgan de ahí, ¿estas segura de querer apoyarnos? – le pregunto Aylie mientras se agachaba junto a la pequeña Luna.
Luna miro a Aylie a los ojos y sonrió diciéndole – Dicen que el cielo es el límite, pero están mis huellas en la luna, acabemos con ese demonio, mi reina. – Aylie le devolvió la sonrisa a la valiente Luna y prosiguieron a entrar a la guarida de Gaz’Haragoth.
Fue un camino bastante peligroso y complicado de atravesar, el equipo de Vanys logro atraer a la mayoría de súbditos de Gaz’Haragoth a los rincones de la prisión para dejarles libre el camino a la caballería, Luna y Aylie quien se la pasaba lanzando hechizos de curación para todos los que corrían los siniestros pasillos. Cuando estaban apunto de llegar a la escalera final una fuerza aparentemente imparable se les cruzo en el camino, no era un demonio cualquiera, era un poderoso Juggernaut un demonio sobreviviente desde las grandes guerras de los dioses el cual tomo a la polilla donde iba montada Aylie y de un solo golpe le corto las alas dejándola a la merced del poderoso demonio. Unos cuantos caballeros intentaron interferir en el ataque pero no tuvieron éxito, fueron inmediatamente derrotados, entonces cuando el gran demonio intento dar el golpe final una luz proveniente del báculo de Aylie comenzó a chispear y una gran tormenta invernal combinada con rayos de energía golpeo de manera critica al violento demonio debilitándolo por completo.
Aylie se acercó inmediatamente a ayudar a los heridos y a su pequeña polilla que yacía sin alas, su plan había sido deshecho, ya no podría coordinar los ataques por los cielos mientras volaba con la polilla, ella era un hada sin alas, la impotencia le consumía y se sintió derrotada.
De pronto la polilla comenzó a brillar con tonos purpuras, azules y rosas, Luna había sacrificado parte de sus poderes para que la polilla se recuperara, esta última tomo los colores de Luna y sus alas crecieron nuevamente.
-¿Luna que has hecho? Le preguntó Aylie impresionada.
– Te estoy dando otra oportunidad para que luches por tu gente Aylie, sin ti no podrán ganar. – señalo luna con sus tonos de piel menos brillantes de lo normal, aquella magia le había consumido mucha energía.
– gracias, mi querida amiga, estaré por siempre agradecida por todo lo que has hecho por mí y por mi gente. –le dijo Aylie a Luna mientras se levantaba y se subía a la polilla para bajar a enfrentar al príncipe.

Entonces bajó todo el ejercito a enfrentarse al príncipe, un gigantesco demonio de piel roja con espinas en los hombros y dos enormes cuernos provenientes de su cabeza, unos ojos amarillos con un brillo tan intenso como el sol y de su espalda le salían 2 grotescos tentáculos que finalizaban en unas bocas llenas de filosos colmillos, tenía 2 brazos y 4 patas con garras tan afiladas como el acero y una sonrisa maquiavélica que haría temblar hasta el mas valiente de los guerreros. Pero no a Palomino quien valientemente bajo a enfrentarlo, el sorprendido príncipe empezó inmediatamente a convocar a sus secuaces dispuestos a matar y a morir en el intento, pero como Aylie bien lo había pronosticado Gaz’Haragoth se dirigió exclusivamente a él, su maestría en montar y el conocimiento del terreno le dio una gran ventaja en contra del terrible demonio. Aylie por su parte coordinó el ataque del ejercito mientras emitía interminables hechizos curativos, el ejercito se encargó de atacar a lo lejos a la terrible bestia, de pronto el confiado príncipe demonio comenzó a perder energía y siendo derrotado, hasta que de manera burlona antes de morir les gritó a todos los presentes – ¡MUERTE Y CONDENACIÓN!- entonces una fuerte cadena de energía comenzó a surgir del suelo arrasando todo a su paso. Luna voló junto a Aylie para empujarla y evitar que caiga en el fatal ataque mientras la hada montada en la bella polilla le lanzaba el golpe final al príncipe demonio.

-¡Aylie ven es Palomino!- grito con todas sus fuerzas Luna mientras se acercaba a su antiguo amo que tenía el cuerpo marchitándose por la terrible explosión, -esta armadura me ha salvado amiga unicornio, esa explosión debió acabar fácilmente conmigo- decía Palomino mientras la vida se le escapaba. – lo hemos conseguido. – finalizó Palomino mientras intentaba mantener sus ojos abiertos.

Aylie llegó corriendo con la ayuda de Vanys e intentó curarlo, pero sus manos no brillaban como antes, su energía estaba prácticamente consumida y desesperadamente seguía intentando curar a Palomino.
– yo te puedo dar mi magia Ayile- la interrumpió Luna acercando su cabecita al pecho de Palomino mientras lo miraba a los ojos.
– Luna, no lo hagas, un sacrificio de esa magnitud no solo hará que pierdas tus poderes, perderías la vida- dijo Vanys a Luna preocupada por la decisión de su amiga.
– No te preocupes Vanys, es mi deseo, logramos ayudar a Aylie a recuperar su hogar y quiero que mi Palomino sobreviva y regrese a casa, ahora no pierdan más tiempo y realicen la magia- dijo Luna decidida mientras veía a Palomino por ultima vez.
– yo te conozco, le dijo Palomino mientras la sangre se escapaba a través de su armadura Luna, eres mi Juna, ¡mi querida Juna! Llevo años buscándote, nunca perdí las esperanzas de volverte a ver, sabía que regresarías a casa, estás tan divina, siempre fuiste un gran unicornio para mi y ahora lo eres realmente. – le dijo Palomino a Luna mientras la abrazaba y Aylie lanzaba el hechizo con la ayuda de su segunda espiga elemental que iluminaron las paredes de la cueva con una luz tan fuerte como la luz de un nuevo día.
Al desvanecerse la Luz, Palomino había recuperado su fuerza, ya no se encontraba herido y la magia que lo envenenaba había cedido, por su parte Luna había cambiado sus hermosos colores a un pelaje marrón opaco, su cuerno se había desvanecido y solo quedaba el cuerpo de un pequeño pony que yacía a un costado de los pies de Palomino.
Aylie conmovida con el sacrificio tan desinteresado de Luna se acercó al cuerpo de la pequeña y Pony y le dijo con voz entrecortada -gracias, Luna por ti tuvimos la esperanza que nos hacía falta, ahora mi pueblo podrá ser libre, te prometo hacer todo lo posible para honrar este sacrificio y regresar a Palomino a casa.- le acarició la cabeza a Luna mientras sus lágrimas caían en su apagada crin.
Entonces paso lo inexplicable, la ultima espiga elemental de su báculo comenzó a brillar y empezó a iluminar al cuerpo de Luna mientras Aylie sorprendida recordaba las enseñanzas de Zoltan, ese era el hechizo de la vida, el cual nunca había logrado replicar, el sacrificio de la pequeña Luna había desbloqueado la última habilidad de las espigas elementales. – ¡Tan divina! – Grito Luna envuelta en sus hermosas nubes mientras corría a sus amigas y a Palomino.

Epilogo
Nueva aventura.
Varios meses habían pasado desde aquella aventura en los suelos de Roshamuul, la nueva reina Aylie de Feyrist visitaba a su viejo maestro Zoltan, informándole de la misión cumplida.
-muy impresionante reina Aylie, siempre supe que serias capaz de semejante logro. – le dijo Zoltan mientras como de costumbre buscaba algo dentro de uno de sus libros.
-gracias maestro, pero no lo logré sola- le respondió Aylie
– si me he enterado del buen equipo que has hecho con el pequeño pony. – respondió Zoltan esbozando una sonrisa en el rostro.
-es un unicornio y se llama Luna. – reconoció Aylie, que extrañaba mucho a su amiga.
-Aylie te convoque aquí no solo para felicitarte por todo lo que conseguiste en estos últimos años, si no para pedirte un gran favor.- mostro Zoltan un pergamino blanco con una ubicación.
– necesito que vayas a investigar la isla de Kharos en las periferias de Vandura, este mapa te llevará a una ciudadela escondida, dentro de ella me han llegado reportes que encontraremos a Ferumbras, es nuestra oportunidad de derrotarlo de una vez por todas. – señalo Zoltan con voz agitada.
– y te tengo una pequeña sorpresa, esta vez iras muy bien acompañada desde un inicio. – salto Luna a la mesa de Zoltan para sorprender a Aylie
– ¿que dicen chicas? ¿Están listas para la siguiente aventura? Pregunto Zoltan mientras las dos heroínas se miraban sonrientes.

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